domingo, 12 de junio de 2011

Memoria en Punta de Rieles: Un camino por recorrer

Por Azul Cordo

La Callejera estuvo presente en el lanzamiento del proyecto Plaza Museo y Memoria de Punta de Rieles, creado por el Espacio Memorias para la Paz, entre ex presas políticas, vecinas, vecinos y familiares.

“Esto es un homenaje a nuestros familiares que jamás nos dejaron solas”, dice mientras señala el camino de dos kilómetros que hacían sus seres queridos desde la parada del trolebús hasta la cárcel de Punta de Rieles. Carmen Pereira fue una de las presas políticas que pasaron por esa prisión durante la última dictadura uruguaya (1973-1985). Años después de recuperar su libertad, varias de ellas se reunieron y armaron diferentes talleres, uno de ellos fue el Taller Vivencias, donde reconstruían sus memorias durante el cautiverio y planificaban un futuro “Museo de memoria y vida”.

En el año 2002, algunos vecinos y vecinas de Punta de Rieles se comunicaron con las ex presas con la intención de recuperar la identidad del barrio, sumida bajo la presencia del Establecimiento Militar de Reclusión Nº 2, donde funcionó el penal para mujeres desde enero de 1973 hasta el 4 de marzo de 1985, cuando las últimas fueron trasladadas a la Jefatura de Policía de Montevideo.
Cuenta Carmen que en esas primeras reuniones con los vecinos, muchos jóvenes recordaban haberlas visto o escuchado, cuando eran niños. Son las marcas del terrorismo de Estado, que permanecen hasta hoy. Un barrio silenciado, temeroso, testigo de torturas y desapariciones.
De las charlas e intercambio de recuerdos, se pasó a talleres de trabajo, ideas y proyectos. La Comisión de la Mujer del Centro Comunal Zonal 9 (CCZ 9) les propuso homenajearlas como ex presas políticas poniendo el nombre de una de ellas en alguna calle del barrio. Se negaron; para homenaje, mejor construir algo que represente la resistencia colectiva.


Entre vecinos del Covitrema (cooperativa de viviendas más cercana al penal), familiares y ex presas aunaron sus recuerdos de esos años dolorosos y los publicaron en el libro “Memorias de Punta de Rieles en tiempos del Penal de Mujeres”.
Era el primer trabajo del grupo que se autodenominó “Espacio Memorias para la Paz”, que se dedicó a pensar y planificar cómo recuperar también el espacio público del barrio y del ex penal: una plaza y un museo.
La plaza tuvo sus primeros esbozos en 2007 y recién este año tiene sus primeros materiales para ser construida. El proyecto, diseñado por el Espacio Memorias, fue lanzado en el barrio el pasado sábado 7 de mayo, entre coros de adultos mayores y jóvenes cantantes y bailarines, para que todos pudieran saber qué eran esas medias sombras y porqué había albañiles armando algo frente al teatro Punta de Rieles, en Camino Maldonado y Aries.
“En esa esquina paraba el trole 4 y queremos homenajear a nuestros familiares que paraban y caminaban bajo la lluvia, en el barro, para visitarnos mientras estábamos privadas de la libertad”, afirma Carmen. “La plaza tendrá una cinta en el suelo con pensamientos y fragmentos de cartas que nos enviaban nuestras familias. Habrá asientos y paneles para que se puedan exhibir exposiciones artísticas, así como una rampa para espectáculos”, explica Pereira y aclara que todavía no está claro quién estará a cargo de hacer llamados a exposiciones y gestionar las actividades.
“Queremos que el barrio sienta esta plaza como suya, que se apropien del lugar y sugieran cosas para hacer allí”, dice Carmen exaltada, aunque recuerda que el proyecto que se está ejecutando no está completo, dado que el original incluía una señalización del camino que hacían las familias hacia el ex penal y se pensaba usar las instalaciones para crear un Museo y Centro cultural, además de una escuela de oficios para los jóvenes.
Recién en junio del año pasado algunas presas pudieron ingresar a Punta de Rieles, luego de que –tras años de pedir permisos para entrar y recorrer el lugar– se enteraron que un investigador chileno iba a poder entrar. Ante esta contradicción de permisos, pudieron pasar después de 25 años de haber salido.
Ya en diciembre de 2010, los planes de las ex presas de resignificar ese espacio de encierro como un lugar donde trabajar la memoria, para que no se repitan hechos trágicos, y armar un espacio de creatividad y oficios, quedaba trunco: el Ministerio del Interior decidía que volviera a funcionar como un establecimiento penitenciario, ante la emergencia carcelaria que atraviesa el Uruguay.
“La memoria tiene sitios simbólicos concretos donde se expresa. Éste es uno de ellos y el único que representa la lucha de las mujeres por justicia social y la de sus familiares y vecinos resistiendo la dictadura cívico-militar”, destacaba una carta enviada por el Espacio Memorias para la Paz al presidente Tabaré Vázquez en abril de 2009.
El proyecto Plaza Museo y Memoria de Punta de Rieles es financiado por la Diputació Barcelona de Catalunya (España). “Los gobiernos nacionales nos negaron el predio del ex penal desde 2002. Por eso queremos destacar la excepcionalidad que tuvo con nuestro proyecto el intendente montevideano Ricardo Ehrlich (2005-2010), quien durante su gestión nos cedió el sitio donde ahora construimos este espacio”, destacó Anahit Aharonian, ex presa y oradora durante el lanzamiento.
“Estamos invitando a todas y todos a participar porque este no es solo un proyecto barrial, sino que tiene alcance nacional. En esa dimensión queremos construir justicia, derechos y cultura”, expresó a La Callejera.


La mensajera
La lectura del documento central durante el lanzamiento de la Plaza Museo y Memoria de Punta de Rieles estuvo a cargo de Katerine Correa, una adolescente de 13 años que conoce a las ex presas políticas desde hace un par de años cuando cursaba sexto de Primaria en la Escuela 179 y realizó una investigación sobre la identidad del barrio con sus compañeros. Entre encuestas y entrevistas a vecinos, los jóvenes se acercaron al predio del penal para interpelar incluso al personal militar que allí se encontraba.
“Siempre me gustó investigar”, afirma Katerine. “Corría la propuesta de hacer una escuela en el penal y con mis compañeros salimos a hacer encuestas para preguntar a los vecinos y vecinas si estaban de acuerdo con que allí se hiciera una cárcel o una escuela. Nadie estuvo de acuerdo con que volviera a funcionar una cárcel allí”, recuerda.
Al investigar qué cuestiones identifican al barrio, la mayoría de los entrevistados se refería al penal. El equipo escolar ahondó en los hechos ocurridos en Punta de Rieles y “me puse en el lugar de ellas”, cuenta Correa. “Charlábamos con mis amigas sobre lo que habían pasado esas mujeres, y cuando tuvimos que presentar el trabajo en clase, la maestra nos sugirió invitar a nuestros familiares y a las mujeres que habían estado presas. En ese momento las conocí”, rememora.
Desde entonces sigue en vínculo con los trabajos del Espacio Memorias para la Paz, mientras continúa anhelando que el ex penal sea una escuela y planea estudiar arquitectura, conjugando sus pasiones: dibujo y matemática.
Entre los objetivos del documento que leyó Katerine, despertó aplausos el siguiente fragmento: “Recuperar la memoria es también una forma de promover una Cultura de Paz y educar a las nuevas y viejas generaciones en el respeto de los Derechos Humanos. ¿Será posible devolverle al barrio su identidad perdida?”.

Publicado en La Callejera nro. 5, junio de 2011.
Fotos: Eduardo Varela

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